11 de mayo de 2014



Sueños, búsqueda, enseñanza y destino

Kafka en la Orilla es el segundo libro que leo de Murakami. Antes leí Tokio Blues y quedé fascinada, en ese momento, bajé varios de sus libros, pero por una cosa u otra, nunca los leí. Por suerte, estas semanas volví a cruzarme con el libro, y decidí que ya era momento de leerlo.

Leer a este autor, es como entrar en un gran sueño, dónde todo va pasando y aunque somos conscientes (como suele pasar) que no sucede de verdad, no podemos más que dejarnos llevar.. Es la mejor manera que puedo definir por ahora a Murakami. Es fundamental entonces, estar con la cabeza abierta y sobre todo no esperar alguna explicación racional de la historia.

El libro cuenta dos historias, con varios puntos en común. Por un lado Kafka Tamura quien decide el día de su cumpleaños  huir de su casa escapando de una profecía que su padre anticipó durante toda su vida. Huye a una ciudad desconocida y encuentra como refugio una pequeña biblioteca, en ella conoce a Oshima, y a la señora Saeki, la directora. Por otro lado, está Nakata, un anciano que no sabe leer ni escribir a causa de un incidente que vivió de pequeño, pero puede hablar con los gatos.

Como conclusión, puedo decir que mi experiencia con el libro fue maravillosa,  los personajes me encantaron, especialmente sus reflexiones. Va más allá de la simple historia, está lleno de símbolos y personajes buscando y reconociendo, un "destino" que consiste en la aceptación, libertad y consiguiente responsabilidad. Creo que todos, podemos en algún momento identificarnos con alguno de ellos y su búsqueda permanente de sentido, dónde lo que importa es el camino y la manera de recorrerlo.

Algunos fragmentos que me gustaron:

"A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena
que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando
evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior.(...) Y tú en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica.(...)Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella."


-Pero, en la medida en que el tiempo exista, todo el mundo irá perdiéndose al fin, pasando a ser algo distinto. Antes o después.
-Sin embargo, aunque acabes perdiéndote alguna vez, necesitas un lugar al que poder retroceder.
-¿Un lugar al que poder retroceder?
-Un lugar al que valga la pena volver.
 "

Cada uno de nosotros sigue perdiendo algo muy preciado. Oportunidades importantes, posibilidades, sentimientos que no podrán recuperarse jamás. Esto es parte de lo que significa estar vivo. Pero dentro de nuestra cabeza hay un pequeño cuarto donde vamos dejando todo esto en forma de recuerdos. Seguro que es algo parecido a las estanterías de esta biblioteca. Y nosotros, para localizar dónde se esconde algo de nuestro corazón, tenemos que ir haciendo siempre fichas catalográficas. Hay que limpiar, ventilar la habitación, cambiar el agua de los jarrones de flores. Dicho de otro modo, tú deberás vivir hasta el fin de tus días en tu propia biblioteca. " 

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